Una familia migrante puede verse en las afueras del hotel Roosevelt en Manhattan, convertido en refugio para recién llegados, el 18 de septiembre de 2023.

En Nueva York, gimnasios, refugios y hoteles están desbordados por miles de migrantes, algunos de ellos a escasas cuadras de la sede de Naciones Unidas. Para el alcalde de la ciudad, Eric Adams, la crisis migratoria es un problema global que requiere una búsqueda seria de soluciones en conjunto.

NUEVA YORK, EEUU — La crisis que sufre Nueva York debido a la llegada masiva de miles de migrantes no es solo un problema local, sino un asunto «global» que debe suscitar un diálogo serio entre los líderes mundiales reunidos esta semana en la ciudad para la 78 Asamblea General de las Naciones Unidas, dijo a la Voz de América el alcalde Eric Adams.

Adams ya había dado la voz de alarma sobre un problema que podría acabar con la ciudad, según advirtió. Ahora, con la llegada de cientos de jefes de Estado y dignatarios de todo el mundo, el alcalde ve una oportunidad para buscar en conjunto un remedio eficaz y duradero.

«Este es un problema global y necesita una respuesta global. Y durante la Asamblea General de la ONU, debemos entablar una conversación real sobre cómo los municipios locales no deberían cargar con esta carga por sí solos», indicó el alcalde.

Según Adams, más de 10.000 migrantes llegan cada mes a la Gran Manzana, que ha habilitado albergues extra para acoger a los recién llegados. Estos llegan en su mayoría desde otros estados, en específico de la fronteriza Texas, en autobuses y vuelos organizados por el gobernador republicano Greg Abbott.

Abbott ha afirmado que con los envíos de inmigrantes hacia ciudades santuario como Nueva York, Chicago, Los Ángeles y Colorado quiere que las localidades alejadas de la frontera sur con México también sientan el peso de los récords en llegadas de solicitantes de asilo que han tenido que enfrentar desde hace meses.

Para el alcalde demócrata de Nueva York, este tipo de posiciones no son justas y podrían comprometer tanto el futuro de la ciudad, de sus habitantes como el de los solicitantes de asilo que son enviados a sus puertas.

«Los líderes nacionales y globales deben unirse y resolver este problema porque es injusto para los migrantes y solicitantes de asilo. Es injusto para los vecinos de estos municipalidades. Y es injusto para nuestro futuro. Esto tendrá un impacto devastador en todas las cosas en las que hemos invertido y hemos avanzado en la dirección correcta en la ciudad», subrayó Adams.

El exagente de policía y nativo de Brooklyn insistió en que decir que se necesita una solución «no es antiinmigrante».

«Esta es una ciudad de inmigrantes. (El querer buscar una solución) está diciendo que los inmigrantes, migrantes y solicitantes de asilo merecen algo mejor y los residentes de estas ciudades también lo merecen», concluyó.

Drama migrante en el umbral de la ONU

Rosa Suárez llegó con sus cuatro hijos a la frontera de Estados Unidos con México desde Venezuela cuatro meses atrás. Hace dos vive con su familia en el emblemático hotel Roosevelt, a unas seis cuadras de la sede de Naciones Unidas en Nueva York.

«Estamos aquí pero no sabemos qué va a ser de nosotros, no tenemos familia aquí y no sabemos qué hacer», confesó Suárez a la VOA desde la entrada del edificio, que alberga a cientos de familias migrantes, en su gran mayoría provenientes de América Latina.

Con 25 años, Javier se abre camino como puede en la gran manzana. Para ganarse un exiguo sustento que apenas le alcanza, pero «algo es más que nada», maneja una moto eléctrica y realiza entregas de comida por las calles de la urbe.

«Al menos estoy luchando. Hay que cuidarse porque conducimos sin licencia y sin placa, pero pienso que es mejor trabajar de manera honrada que quedarse de manos cruzadas o hacer otras cosas», reconoció el joven, originario de Caracas.

Esta es una iniciativa popular entre los nuevos huéspedes del Roosevelt, un icónico hotel con más de un siglo de historia en el Midtown neoyorquino. Su dorada entrada ahora está flanqueada por decenas de motos y sus grandes puertas cerradas en su mayoría.

Dentro, cientos de personas añoran algo de normalidad en sus vidas y un nuevo comienzo. Desarraigados por la violencia, la falta de libertades, las crisis económicas, muchos resienten que los líderes de los gobiernos que los obligaron a dejar sus países estén tan cerca, hablando ante el mundo desde uno de los podios más famosos del mundo.

Uno de ellos es Omar Zambrano, un músico profesional y profesor, que tuvo que dejar su natal Venezuela «por culpa de la gente del gobierno» liderado por Nicolás Maduro.

Con su esposa y sus dos hijas, Zambrano hizo un largo camino hasta Nueva York. «Estuve en México, estuve en Panamá, estuve en Costa Rica, estuve en diferentes países», contó a la VOA.

Sobre la reacción que ha causado la llegada masiva de migrantes como él a la ciudad, el músico asegura entender a todas las partes, pero insiste en que «lo que se deben abrir son oportunidades de empleo para las personas que de verdad quieran trabajar, para que ya cada quien empiece a buscar su camino, porque esto no es para siempre».

«Hay personas que no venimos acá a querer ser una carga, por el contrario. Lo que queremos es simplemente conseguir nuestro espacio y colaborar y contribuir con la ciudad, con la nación», aseguró.

Sobre la crisis migratoria en América Latina, que ha generado alertas entre varias agencias de la ONU y está entre los temas a discutir entre los líderes de los más de 190 Estados miembros de la organización, advirtió que «habría que buscar algún tipo de solución, abrir puertas en diferentes países».

“No es fácil, no es fácil. Pero yo pienso que sí puede haber solución, hace falta un poquito de esfuerzo”, agregó.

Migración, punto de quiebre en EEUU

El problema migratorio es uno de los temas que más pasiones levanta en la polarizada política estadounidense, donde los republicanos se decantan por una posición fuerte contra las llegadas de refugiadas y los demócratas abogan por soluciones para incentivar la migración legal como una manera de controlar el récord de intentos de cruces irregulares en la frontera con México.

Sobre crisis como las de Nueva York, la administración del demócrata Joe Biden asegura que las ciudades no estarían bajo esa presión si no fuera por el envío de miles de migrantes en autobuses desde estados dominados por republicanos.

“Entendemos la presión que se está experimentando en Nueva York. Vamos a seguir haciendo todo lo que podamos, como he dicho muchas veces antes, para mejorar las vías legales de entrada al país y aumentar nuestros esfuerzos de seguridad fronteriza para disuadir la entrada ilegal de inmigrantes», dijo a la VOA el portavoz del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, John Kirby.

Kirby recordó que Biden ha pedido sin éxito más fondos al Congreso para manejar la frontera. «Así que continuaremos haciendo todo lo que podamos dentro de las autoridades que tenemos para apuntalar la frontera y asegurarnos de que se amplíen las vías legales para disuadir a las personas de emprender ese viaje tan peligroso», insistió.

Se espera que este martes, durante su intervención ante la Asamblea General de la ONU, el mandatario estadounidense se refiera a la migración. Biden, que busca la reelección en las elecciones de 2024, reconoce que este es un tema que empuja a los votantes a las urnas.