Trump califica de «Gran Honor» la elección del primer Papa estadounidense en la historia

Foto Archivo: Reuters.
La elección del cardenal Robert Francis Prevost como León XIV, el primer pontífice estadounidense en los más de dos milenios de historia de la Iglesia católica, ha generado reacciones globales, destacando las declaraciones del presidente Donald Trump, quien celebró el hecho como un «gran honor» para Estados Unidos.
El nuevo papa, de 69 años y con doble nacionalidad estadounidense y peruana, asume el liderazgo espiritual de 1.300 millones de católicos en pleno Jubileo 2025, un evento de renovación religiosa convocado por su predecesor, Francisco, quien falleció el 21 de abril tras doce años de pontificado.
Trump destaca el simbolismo de un Papa estadounidense
En un mensaje publicado en su red social Truth Social, Trump felicitó al ahora León XIV, subrayando el carácter histórico de su elección: «Es un gran honor saber que es el primer papa estadounidense. Qué emoción y qué gran honor para nuestro país». Posteriormente, en declaraciones breves a la prensa frente al Ala Oeste de la Casa Blanca, el mandatario añadió: «Lo vi en televisión y dije: ‘¡Es estadounidense! Eso es fantástico'», reconociendo su sorpresa inicial pero reiterando su entusiasmo. Sin embargo, evitó responder a preguntas sobre una polémica imagen generada por inteligencia artificial que lo mostraba vestido de papa, publicada días después del funeral de Francisco.
La elección de Prevost, quien adoptó el nombre de León XIV, marca un hito no solo por su origen estadounidense, sino también por su estrecho vínculo con América Latina. Nacido en Chicago en 1955, el nuevo pontífice pasó décadas en Perú, donde obtuvo la nacionalidad en 2015 y se desempeñó como obispo de Chiclayo. Durante su gestión en ese país, criticó públicamente al expresidente Alberto Fujimori por violaciones a los derechos humanos, exigiendo que pidiera perdón a las víctimas de su régimen.
Un Cónclave rápido y un legado que busca continuidad
El humo blanco surgido de la Capilla Sixtina a las 18:07 horas locales (16:07 GMT) del 8 de mayo puso fin a un cónclave de dos días, el más breve del siglo XXI. León XIV se convierte en el 267° papa de la historia, sucediendo a un pontificado -el de Francisco- que impulsó reformas hacia una Iglesia más inclusiva y comprometida con la justicia social. Analistas señalan que la elección de Prevost refleja un deseo de continuidad: durante su primer discurso, el nuevo papa bendijo a Roma «en el espíritu de Francisco», gesto interpretado como un guiño al legado de su predecesor.
Su trayectoria refuerza esta percepción. Como obispo en Perú, Prior General de los Agustinos y prefecto del Dicasterio para los Obispos, Prevost promovió iniciativas centradas en los pobres y migrantes. «Siempre mostró una preocupación auténtica por los marginados», señaló John Lydon, un sacerdote que compartió residencia con él en los años 80. Esta sensibilidad social lo alinea con el enfoque pastoral de Francisco, aunque su gestión en el Vaticano -donde supervisó el nombramiento de obispos- también demostró habilidad administrativa.
Doble nacionalidad y desafíos en el Jubileo 2025
La dualidad cultural de León XIV -estadounidense de nacimiento y peruano por naturalización- podría influir en su papado. Además de dominar el español y el inglés, su experiencia en Latinoamérica, región que alberga al 40% de los católicos del mundo, lo posiciona como un puente entre continentes. Asume en un momento crítico: el Jubileo 2025, iniciado por Francisco, culminará el 6 de enero de 2026 con la clausura de la Puerta Santa en Roma. Este evento, centrado en la reconciliación y la esperanza, requerirá que el nuevo papa equilibre tradición y modernidad mientras enfrenta desafíos como la secularización en Occidente y las tensiones internas entre facciones eclesiásticas.