Cáncer en etapa IV: Biden enfrenta diagnóstico agresivo con metástasis óseas

ARCHIVO – El presidente estadounidense Joe Biden asiste al primer debate presidencial organizado por CNN en Atlanta, Georgia, EEUU, el 27 de junio de 2024.
El ex presidente estadounidense Joe Biden, de 82 años, enfrenta un nuevo desafío de salud tras ser diagnosticado con un cáncer de próstata agresivo que ha metastatizado en sus huesos.
El anuncio, realizado por su oficina el 18 de mayo de 2025, detalla que la enfermedad fue detectada después de que Biden reportara síntomas urinarios persistentes, lo que llevó a una evaluación médica exhaustiva.
Detalles clínicos del diagnóstico
El carcinoma prostático de Biden fue clasificado con un puntaje Gleason de 9 (Grupo de Grado 5), según confirmaron sus asesores médicos. Esta escala, que evalúa la agresividad de las células cancerosas en una escala del 1 al 10, sitúa su caso entre los más severos, con una alta probabilidad de crecimiento y diseminación rápida. Las imágenes diagnósticas revelaron metástasis óseas, lo que implica que el cáncer alcanzó la Etapa IV, la fase más avanzada de la enfermedad.
A pesar de la gravedad, el comunicado oficial resaltó que el tumor es hormonosensible, lo que significa que podría responder a terapias que bloqueen la testosterona, hormona que suele alimentar el crecimiento de este tipo de cáncer. «Estamos explorando opciones de tratamiento con el equipo médico», señaló su oficina, sin especificar si se incluirán quimioterapia, radioterapia o inmunoterapia.
Pronóstico y tratamientos disponibles
Expertos consultados por medios internacionales explicaron que, aunque el cáncer metastásico no tiene cura, los avances en los últimos años permiten manejar la enfermedad de manera crónica. El Dr. Herbert Lepor, urólogo del NYU Langone, mencionó que pacientes con características similares pueden sobrevivir «entre cinco y diez años o más» con terapias dirigidas. Por su parte, el Dr. Chris George de Northwestern Health Network advirtió que la presencia de metástasis óseas complica el tratamiento, pero destacó opciones como la terapia de privación androgénica y nuevos fármacos inhibidores de receptores hormonales.
Reacciones políticas y apoyo bipartidista
La noticia generó reacciones inmediatas en el ámbito político. Barack Obama, bajo cuyo mandato Biden ejerció como vicepresidente, elogió su legado en la lucha contra el cáncer: «Nadie ha hecho más por encontrar tratamientos innovadores que Joe«. Por su lado, Donald Trump -su rival en las elecciones de 2020 y 2024- envió un mensaje de apoyo a través de Truth Social: «Melania y yo les deseamos una pronta recuperación«.
El diagnóstico llega en un momento delicado para Biden, quien en julio de 2024 abandonó su campaña de reelección tras una polémica actuación en un debate y problemas de salud previos, incluido un contagio de COVID-19 que superó con tratamiento antiviral. Su salida permitió que Kamala Harris asumiera la candidatura demócrata, aunque finalmente perdió ante Trump.
Cancer Moonshot: el legado de Biden contra la enfermedad
El ex presidente había relanzado en 2022 la iniciativa Cancer Moonshot, un programa destinado a reducir en 50% la mortalidad por cáncer en 25 años. Este proyecto, bautizado en honor a su hijo Beau -fallecido por un tumor cerebral en 2015-, ha destinado más de $150 millones a investigaciones sobre detección temprana y tratamientos innovadores.
La American Cancer Society (ACS) destacó que, bajo el impulso de Biden, se creó el programa IMPACT, enfocado en reducir las disparidades en el cáncer de próstata, que afecta de manera desproporcionada a hombres afroamericanos. Pese a estos esfuerzos, la ACS alertó sobre un aumento del 5% en diagnósticos de cáncer prostático avanzado en EE. UU. durante 2025, lo que subraya la urgencia de políticas preventivas.
Perspectivas y próximos pasos
El manejo de la enfermedad de Biden dependerá de su respuesta a las terapias hormonales y de posibles ensayos clínicos. Mientras su equipo médico evalúa opciones, el ex mandatario se enfrenta a un pronóstico incierto pero manejable, según expertos. Su caso también reabre el debate sobre la importancia de los exámenes preventivos: la ACS recomienda que los hombres discutan con sus médicos la realización de pruebas de antígeno prostático (PSA) a partir de los 50 años, o antes si hay antecedentes familiares.