ICE intensifica arrestos «Colaterales» bajo nueva estrategia de deportaciones masivas

Referencial / Foto: ICE
Las autoridades migratorias estadounidenses reconocen oficialmente un cambio radical en su política de detenciones, expandiendo los arrestos más allá de criminales para incluir a cualquier persona en situación migratoria irregular, incluyendo residentes legales en procesos burocráticos.
La nueva estrategia operativa del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) ha generado un aumento exponencial en las detenciones de personas sin antecedentes criminales, contradiciendo el discurso oficial que promete enfocar las deportaciones en «criminales peligrosos». El director interino de ICE, Todd Lyons, reconoció abiertamente que cualquier persona encontrada sin autorización para permanecer en el país será detenida, independientemente de su historial criminal o tiempo de residencia.
Marco Legal de las Detenciones «Colaterales»
Las detenciones «colaterales» representan un concepto jurídico que permite a los agentes del ICE arrestar a personas que no son el objetivo específico de una operación, pero que se encuentran presentes durante un operativo. Lyons justificó esta práctica declarando: «Si el ICE encuentra a alguien que esté en el país sin permiso, lo detendremos». Esta política marca una expansión significativa de la autoridad discrecional de los agentes migratorios.
El marco legal que sustenta estas acciones se basa en la interpretación amplia de las leyes migratorias federales, particularmente la aplicación extensiva de la Ley de 1996 que permite detenciones sin audiencia de fianza para personas que ingresaron sin autorización. Lyons envió un memorando a los empleados de ICE expandiendo el uso de esta autoridad «extraordinariamente amplia e igualmente compleja».
Cifras de Detenciones y Perfil de los Arrestados
Los datos oficiales revelan una transformación radical en el perfil de las personas detenidas por ICE. Según información del Instituto Cato basada en datos internos de la agencia, el 65.4% de las 204,297 personas procesadas por ICE entre octubre de 2024 y junio de 2025 no tenían condenas criminales. Más revelador aún, el 93% nunca fueron condenados por delitos violentos.
El contraste con administraciones anteriores es dramático. Para junio de 2025, ICE arrestaba más de 6,000 inmigrantes sin antecedentes penales por semana, comparado con poco más de 1,000 durante el mismo período en 2017, representando un aumento del 500%. En arrestos realizados directamente por ICE en la comunidad (no en custodia), el aumento de personas sin antecedentes fue del 1,300% comparado con 2017.
Las autoridades reportan haber detenido al menos 150,000 personas desde el inicio de 2025, aunque esta cifra podría ser mayor según reportes de CBS. El ICE mantiene actualmente bajo custodia a más de 51,000 personas, la cifra más alta desde 2019.
Casos Emblemáticos: El Dilema de Luis León
El caso de Luis León, ciudadano chileno de 82 años, ilustra las implicaciones legales más preocupantes de esta nueva política. León, quien había vivido legalmente en Estados Unidos durante más de 30 años como asilado político, fue detenido el 20 de junio cuando acudió a renovar su tarjeta de residencia perdida.
El proceso legal que siguió a su detención presenta irregularidades significativas: León desapareció del sistema migratorio por casi un mes, sin aparecer en registros oficiales de detención. Su familia fue informada falsamente de su muerte, y posteriormente se descubrió que había sido deportado a Guatemala, país con el cual no tenía conexión alguna. Este caso evidencia fallas en el debido proceso y la aplicación de políticas que permiten deportaciones a países terceros bajo ciertas circunstancias legales.
Expansión del Programa 287(g) y Cooperación Local
ICE ha expandido masivamente el Programa 287(g), que delega autoridades migratorias federales a agencias policiales locales. El número de acuerdos ha crecido de 135 en diciembre de 2024 a 830 convenios actualmente, con casi 700 firmados durante la segunda administración Trump. Florida y Texas concentran el mayor número de estos acuerdos.
Bajo estos convenios, oficiales locales pueden detener, interrogar y arrestar inmigrantes basándose únicamente en violaciones migratorias, expandiendo significativamente la capacidad operativa de ICE sin aumentar proporcionalmente su personal federal.
Presupuesto Sin Precedentes y Capacidad Operativa
El Congreso aprobó un presupuesto extraordinario para ICE de $75,000 millones durante cuatro años, incluyendo $45,000 millones específicamente para construcción de centros de detención. Este presupuesto supera el de la mayoría de los ejércitos mundiales y convierte a ICE en la agencia de seguridad mejor financiada de Estados Unidos.
La meta declarada es alcanzar un millón de deportaciones anuales, con capacidad para detener hasta 116,000 personas diariamente, representando un aumento del 62% sobre todo el sistema federal de prisiones.
Justificación Oficial y Críticas a las Ciudades Santuario
Lyons culpó específicamente a las ciudades santuario por forzar los arrestos «colaterales», argumentando que la falta de cooperación local obliga a ICE a realizar operaciones comunitarias más agresivas. La administración Trump ha publicado una lista de más de 500 jurisdicciones consideradas «no conformes» con las políticas federales.
Sin embargo, los datos demuestran que ICE está priorizando arrestos de personas sin antecedentes criminales sobre aquellas con historiales violentos, contradiciendo las declaraciones oficiales sobre enfocar recursos en «criminales peligrosos».
Implicaciones Legales y Constitucionales
La nueva política plantea cuestiones fundamentales sobre el debido proceso y la proporcionalidad en la aplicación de las leyes migratorias. El Instituto Cato advierte que las operaciones con agentes enmascarados aumentan «la probabilidad de confrontaciones innecesarias» y errores que afectan a ciudadanos estadounidenses y residentes legales.
La expansión de detenciones sin audiencia de fianza y la aplicación de autoridades «extraordinariamente amplias» representan un cambio paradigmático en el sistema migratorio estadounidense, cuyas implicaciones legales y humanitarias continuarán desarrollándose en los tribunales federales.