Tropas rusas continúan luchando contra los soldados y los milicianos ucranianos por el control de Kiev, la capital, y otras ciudades el domingo, el cuarto día de la invasión rusa de Ucrania.
El domingo, las tropas rusas ingresaron a Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania, donde encontraron una fuerte resistencia.
La principal fiscal de Ucrania, Iryna Venediktova, dijo que las fuerzas rusas no han podido tomar Járkov, a unos 40 kilómetros de la frontera rusa. La fiscal aseguró que se está librando una feroz batalla, según la agencia Associated Press.
La madrugada del domingo, la oficina del presidente ucraniano informó de una explosión en Járkov y dijo que las fuerzas rusas habían volado un gasoducto. La explosión podría causar una «catástrofe ambiental», dijo la oficina presidencial, instando a los residentes a cubrir sus ventanas con un paño húmedo o gasa y beber muchos líquidos.
El presidente ucraniano, Volodymir Zelenksky, dijo también el domingo que iniciaría conversaciones de paz con Rusia, pero descartó reunirse con una delegación rusa en Bielorrusia, donde Rusia ya envió funcionarios para las conversaciones. Zelenksky argumentó que Bielorrusia es inaceptable porque Rusia la ha utilizado para lanzar ataques contra Ucrania, pero aceptó un encuentro en la frontera.
Los aliados occidentales han respondido a la solicitud de ayuda de Zelenksky. El canciller alemán, Olaf Scholz, dijo el sábado que su país enviará a Ucrania 1.000 armas antitanques y 500 misiles tierra-aire Stinger “lo antes posible”, y la oficina presidencial francesa dijo que Francia enviará armas defensivas y combustible.
Filas de vehículos obstruyeron las fronteras de Ucrania mientras los refugiados seguían saliendo del país. La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) informó el domingo que más de 200.000 habían huido, la mitad de ellos a Polonia, y hasta 4 millones podrían huir si la situación empeora.
Fuente: Vozdeamerica.com
