Un grupo de migrantes de Venezuela camina a lo largo de las orillas del Río Grande para entregarse a la Patrulla Fronteriza de EEUU después de ingresar a Texas en Eagle Pass, Texas, el 8 de enero de 2024. / Foto: Reuters.

Estados Unidos y México darán continuidad este viernes a un encuentro del pasado mes de diciembre en el que abordarán cómo lidiar con el flujo migratorio irregular en su frontera común. También concertarán su gestión sobre cómo frenar el tráfico de fentanilo, entre otros temas.

Los gobiernos de Estados Unidos y México sostendrán este viernes una reunión ministerial en Washington a fin de darle solución a la situación migratoria que enfrentan ambos países por medio de sus fronteras terrestres.

“Esperamos tener un debate fructífero mañana con nuestros homólogos mexicanos. Juntos identificaremos cómo gestionar la migración”, dijo un alto funcionario del Departamento de Estado en llamada con los reporteros.

La canciller mexicana Alicia Bárcena tenía previsto volar este jueves a la capital estadounidense al frente de la delegación del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Se espera que en el encuentro sean tratados, además los temas de sobre el tráfico de fentanilo que tanto afecta a EEUU, así como el manejo de la frontera sur, planes para aumentar la capacidad de empleo en el país vecino para así intentar disminuir la inmigración irregular.

Estados Unidos enfrenta uno de los mayores índices en muchos años de inmigrantes en situación irregular llegando por la frontera con México, por lo que la administración del presidente Joe Biden ha recurrido a la cooperación regional a fin de frenar el arribo de quienes no cuentan con un permiso migratorio.

A una pregunta sobre si México ha solicitado ayuda financiera a EEUU desde el último encuentro en diciembre de 2023, un funcionario en la llamada respondió que no y aseveró que ese gobierno ha aprovechado sus propios fondos federales para hacer frente al fenómeno migratorio.

Por tanto, se estima que ambos gobiernos se enfoquen en potenciar el trabajo acordado hace menos de un mes, desde el último contacto en directo, manifestó un funcionario.

La actual administración demócrata en Washington ha puesto como uno de sus puntales el freno a la inmigración ilegal, para esto ha recurrido tanto a la implementación de medidas como la apertura de programas de parole humanitario (inicialmente para Venezuela, y luego para Cuba, Nicaragua, Haití y Cuba), pero también ha recurrido al aumento de las deportaciones por vía aérea.

“Hemos expulsado o repatriado a más no-ciudadanos (se refiere al estatus legal) sin base para permanecer en Estados Unidos cada día que en cualquier momento desde el año fiscal 2010. Esto incluye a más de 482.000 personas desde el 12 de mayo de 2023, con el fin del Título 420”, indicó un funcionario.

Para EEUU “realmente es un desafío a nivel hemisférico” el fenómeno migratorio irregular, dijo uno de los cuestionados en la llamada y que a su vez concuerda con declaraciones recientes del secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, al afirmar que se trata de algo regional, e incluso a nivel mundial.

“Lo que estamos notando en la frontera sur no es algo único de Estados Unidos, todo el hemisferio se enfrenta a un nivel sin precedentes de migración en la historia reciente, de hecho es algo que repercute en el mundo entero”, afirmó Mayorkas hace pocos días.

Los funcionarios informaron que más de 2 millones de migrantes entraron a México el último año, la mayoría buscando llegar a Estados Unidos, como lo confirman las caravanas emprendidas por vía terrestre desde el sur mexicano.

Sin embargo, la administración Biden enfrenta en casa la oposición republicana, que exige que sean derogadas algunas medidas migratorias a cambio la concesión de una ayuda suplementaria para el apoyo a conflictos como el de Ucrania e Israel.

Los republicanos acusan a Biden de llevar una estrategia de “frontera abierta” en lo que considera es “una crisis migratoria”.