Iglesia católica debe indemnizar mejor a víctimas de abusos y admitir errores, según comisión
Una comisión del Vaticano divulgó un informe que llama a mejorar la respuesta de la Iglesia católica a los abusos sexuales por parte del clero y las relaciones con las víctimas, lo cual debe incluir la admisión de los errores y disculpas públicas.
CIUDAD DEL VATICANO, VATICANO — La Iglesia católica debe mejorar la gestión de las indemnizaciones a las víctimas de abusos sexuales por parte del clero, expresó la Comisión Pontificia para la Protección de Menores en su primer informe anual.
Por décadas, la Iglesia se ha visto sacudida por escándalos en todo el mundo relacionados con sacerdotes pederastas y el encubrimiento de sus delitos, lo que ha dañado su credibilidad y le ha costado cientos de millones de dólares en indemnizaciones.
Según la comisión, la compensación va más allá del dinero e incluye «un espectro mucho más amplio de acciones, como el reconocimiento de los errores, las disculpas públicas y otras formas de verdadera cercanía fraternal a las víctimas/supervivientes».
El documento, divulgado este martes, promete trabajar por la introducción de «procedimientos estandarizados y conocidos, de forma más exhaustiva», y adelantó que profundizaría en la cuestión de las reparaciones en su informe del próximo año.
El papa Francisco, que creó la comisión contra los abusos en 2013, se enfrentó a algunas de las críticas más duras sobre los abusos del clero durante una visita en septiembre a Bélgica, donde el rey y el primer ministro pidieron más ayuda para las víctimas.
Este mes, una cumbre vaticana de obispos de todo el mundo concluyó con un texto final en el que se pedía perdón varias veces por el dolor «indecible y continuo» que sufren los católicos abusados por el clero.
Mayor transparencia
El informe de este martes promueve una mayor transparencia, con un mayor acceso de las víctimas a los documentos que les conciernen, y considera que las investigaciones y los juicios del Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano (DDF) son demasiado lentos y secretos.
Durante las reuniones con las víctimas, «la falta de comunicación fue una queja permanente y constante», declaró en rueda de prensa el obispo colombiano y secretario de la comisión, Luis Manuel Alí Herrera.
El chileno Juan Carlos Cruz, quien sufrió abusos y es miembro de la comisión, dijo que la falta de información era «una forma de ‘retrauma’ para muchos supervivientes, que no tienen ni idea de dónde está su caso de abusos».
Otras recomendaciones incluyen la creación de un Defensor del Pueblo Vaticano para las víctimas, garantizar un castigo más eficaz del clero infractor, y una invitación a Francisco para escribir una encíclica, la forma más alta de la enseñanza papal, sobre la protección de los niños.
Un cambio lento
La comisión antiabusos es la primera de este tipo en la Iglesia católica, pero los que han sido abusados la han acusado de ser ineficaz y varios de sus antiguos miembros la han abandonado con acritud.
La comisión, que incluye a sacerdotes, monjas, laicos y no católicos, se integró en el DDF en 2022 para aumentar su influencia, pero el informe subraya que sigue teniendo dificultades para hacerse oír.
Como parte de sus relaciones con las iglesias nacionales, dijo que había enviado una lista de 10 preguntas detalladas sobre cuestiones de protección de la infancia a todos los obispos mexicanos, pero sólo alrededor del 20 % de ellos había respondido.
El cardenal estadounidense Sean O’Malley, que ha dirigido el organismo desde su creación pero que se jubilará pronto, tras cumplir 80 años este año, reconoció su «frustración por la lentitud del cambio», pero afirmó que las cosas estaban mejorando.